Creo que me equivoqué de carrera, y me da miedo estar en lo cierto.
Siempre he cuestionado la escasez de sentido en la necesidad de escoger una carrera que pondrá en juego mi futuro a tan corta edad. Tener que tomar una decisión tan crucial para el resto de mi vida con tan solo diecisiete años me parece de lo más absurdo, pero es así como funciona. Y no puedo equivocarme. No puedo hacer un movimiento en falso cuando se trata de mi carrera. Ni uno solo. No puedo escoger mal. No puedo arrepentirme de mi elección. No puedo decir que quiero experimentar con algo nuevo.
Quiero decir, seguro que puedo decirlo.
Pero simplemente... no puedo.
Actualmente estoy cursando mi sexto semestre en Psicología, y estoy convencida de que, desde el cuarto, he sabido que esta carrera no era para mí. No es que no me interese. La psicología me parece fascinante hasta ahora. Creo que es un mundo constante de descubrimientos, que las variaciones en el comportamiento bajo distintas circunstancias son alucinantes, que tratar de entender cómo funciona el cerebro humano resulta hasta divertido a veces. Pero no es la carrera para mí. No tanto como lo es para quienes se sientan a mi lado en clases y parecen estarlo comprendiendo todo.
Cuando escucho a mis amigas hablar sobre cómo se ven en un futuro ejerciendo la carrera, siento que me estoy quedando bastante atrás. Porque yo no me veo en un futuro ejerciendo esta carrera, y empiezo a creer que nunca lo hice. Si me quedé, si nunca tiré la toalla, si nunca dije en voz alta que quería dejar la carrera, fue porque siempre he sido la chica que no quiere decepcionar a la gente que espera todo de ella, cuando ella no cree poder darles nada ya.
Y es que, de pequeña, siempre fui la niña aplicada, la de los sobresalientes, la del cuadro de honor. Todo el mundo me felicitaba por ser la mejor estudiante, por siempre tener las mejores notas, por sostener la bandera antes de graduarme. Fui criada de esa forma, para sentir que podía triunfar en la vida si tan solo mantenía mis notas. Con eso bastaba. Pero cualquiera que me convenciera de aquello, estaba terriblemente equivocado, porque mis buenas notas no me llevaron a ningún lado. Ahora mismo estoy perdida, no soy más la niña aplicada de antes, no soy quien todos creen que soy y voy a ser siempre.
No soy yo, o no soy esa yo, al menos, porque a veces, cuando escribo, me siento más yo que nunca.
En medio del caos de una carrera que no siento mía, encontré el espacio necesario para ser una escritora casi en secreto. Mis amigos saben que escribo, saben que quiero ser novelista y poeta, saben que este es el futuro que verdaderamente quiero alcanzar algún día, pero nadie más tiene idea. El resto de mi mundo cree que la carrera que estudio es mi vida entera, que mi sueño más grande es convertirme en psicóloga y que, luego del pre-grado, quiero seguir estudiando algo relacionado. Cuando todo lo que veo en mí es a una escritora que está destinada a viajar de ciudad a ciudad entre presentaciones de libros, firmas y ferias que la hagan feliz.
Por ahora, soy escritora casi en secreto, pero algo me dice que, eventualmente, tendré que priorizar lo que todos llamarían la verdadera carrera, y dedicarme a lo que todos esperan que me dedique.
En realidad, no creo que me haya equivocado de carrera. Sé que me equivoqué. Y ya no me da miedo estar en lo cierto porque sé que lo estoy, pero siempre he sido una chica disciplinada que cumple con sus promesas aunque le rompan el corazón un poco, y estoy dispuesta a adaptarme.
Lo que me da miedo es que, con el tiempo, no sea suficiente dividir mi tiempo entre lo que me apasiona y lo que tengo que seguir por decisión del resto.
Me da miedo dejar de ser escritora para convertirme solo en psicóloga.
Me da miedo no poder ser ambas cosas, aunque, en el fondo, solo quiera ser una de ellas.
La vida siempre te pondrá donde debes estar, en donde perteneces en realidad, por más que tratemos de evitarlo. Al final estoy segura de que firmarás tantos libros que te dolerá la mano jajaja <3.
tú sabes que es lo que quiere tu alma, y amiga, está vida la tenemos una sola vez ¿por qué no vivir haciendo lo que nos apasiona?